Esta reversión me hace ver que hay demasiadas cosas que no sabemos
Por Reade Gloeckner
Enviado a Afirmación después de la reversión de la política de Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de noviembre de 2015 que prohibieron que los hijos de padres LGBTQ sean bendecidos y bautizados y rotuló como apóstatas a los miembros de la Iglesia que entran en matrimonios con personas del mismo sexo. Estos cambios se conocieron dentro de la comunidad mormona LGBTQ como la «política de exclusión», «política de noviembre de 2015» o «PoX». El día después de que se anunció la reversión de esta política, Nathan Kitchen, presidente de Afirmación, invitó a todos los que deseen compartir sus sentimientos auténticos y experiencias de dolor, ira, alivio, tristeza, felicidad, confusión, sea lo que sea lo que hayan sentido con la reversión de esta política. «Como Presidente de Afirmación, quiero estar seguro de que Afirmación no te oculta, ni a ti ni a tus experiencias, a medida que avanzamos.», escribió Kitchen en su invitación. Si tienes una historia para compartir acerca de la reversión de la política de exclusión, por favor envíelo a [email protected]. También puede leer otras historias de la reversión de la política de exclusión.
Cuando me enteré de la política de noviembre de 2015, me entristecí un poco. Me sentí triste por los niños pequeños de padres LGBTQ, ya que esto significaba que no podían ser bendecidos o bautizados. El hecho de que debían rechazar a sus padres para bautizarse a los 18 años parecía tan contrario a una Iglesia orientada a la familia.
En el fondo, sabía que esto no tenía sentido. En mi opinión, esto no vino como una revelación de nuestro Padre Celestial. Sabía que muchos estaban enojados por esta política, y si bien no quería alejarme de aquellos que estaban sufriendo; sabía, en base a mi experiencia, que esto se resolvería en unos pocos años. Era una paz que sentía dentro.
En mi vida, me sentí muy cerca del espíritu que me guiaba a quedarme, guiándome a seguir todos los mandamientos dados por nuestros líderes a pesar de que soy un Santo de los Últimos Días gay. Sé cuándo he estado mal en mi vida. He tomado muchas malas decisiones y sufrí por ellas y sigo sufriendo por mis malas decisiones. Algunas de estas opciones no pueden ser revertidas. Estoy bien con eso. Todo lo que puedo hacer es ocuparme de mi propio camino y hacer lo mejor que pueda para compensar esos errores.
Una vez consideré casarme con un hombre gay, pero esa ya no es una opción. Me dijo, quién considero a mi ángel en la Tierra, que no abandone mi religión por nadie ni por nada. Me mantengo firme con este objetivo. Soy gay y he sido bendecido como artista. Honestamente, no siento que tenga mucho tiempo en este mundo y estoy bien con eso. Siento paz por lo que soy y sé que puedo hacer una diferencia en las vidas de otros a través de lo que estoy haciendo. No permitiré que estas políticas afecten la forma en que manejaré mis últimos días aquí en la Tierra.
No puedo imaginar el dolor que han tenido que soportar aquellos que son más jóvenes y no tienen mi experiencia. Pero para mí, esta reversión de la política me permite saber que hay muchas cosas que no sabemos. Debemos vivir lo mejor que podamos y esperar que el amor de nuestro Salvador compense toda la injusticia que hemos tenido que soportar a manos de tantos como hemos vivido aquí como individuos LGBTQ. Podemos hacer que sea un momento feliz o un tiempo miserable.